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Voluntad. La fuerza heroica que arrastra la vida


Un libro excepcional, un libro de la triple E. No de la triple Entente, sino de la triple E de: libro extenso, erudito y escandaloso.


15 de diciembre de 2015
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Voluntad
.  La fuerza heroica que arrastra la vida, fruto de la paciente gestación intelectual durante veinte años de su autor, el filósofo y científico Martín López Corredoira, podría incluirse como obra de la triple “E”: Extensa (1.060 páginas), Erudita y Escandalosa; una rara avis dentro de la literatura filosófica que se publica hoy en día y que recuerda más al estilo de obras como el Parerga y Paralipomena de Schopenhauer o La decadencia de occidente de Oswald Spengler. El libro bebe fundamentalmente de la síntesis del pensamiento de centenares de clásicos, pero aporta bajo la luz de aquéllos nuevas perspectivas sobre la vida actual. He aquí una selección de destacados fragmentos del libro que pueden darnos una idea de su contenido:
“—No acabo de entenderte bien—objeté. Primero afirmas que nuestra voluntad no es libre y luego dices que para alcanzar una cosa basta con que orientemos firmemente hacia ella toda nuestra voluntad. Pero si no soy dueño de mi voluntad tampoco podré orientarla a mi arbitrio en un sentido determinado.
Me dio una palmada en el hombro, como siempre que algo mío le agradaba.
—¡Así me gusta!—exclamó riendo. Hay que preguntar siempre, hay que dudar siempre” (Hesse, Demian [novela]). [Citado en Secc. 1.7 de Voluntad]
Hay, en efecto, una fuerte oposición a que se llame a las cosas por su nombre, sobre todo en los tiempos actuales, tiempos de masas, tiempos de legitimación de la democracia y los poderes del capital en nombre de la igualdad y la capacidad de cada uno para poder elegir bien. Si se hace ver que hay individuos excelentes—una minoría—y una turba mayoritaria manipulable y por lo general estúpida, ¿qué bondad se puede encontrar en la democracia? [Secc. 4.2 de Voluntad]
Muchas empresas tienen los hombres en mente, y muchas empresas tienen las mujeres en mente, pero en el caso femenino hay una que se destaca sobre todas las demás, aunque pueda no ser la única. La gran empresa de la mujer ha sido, es, y parece que seguirá siendo, su marido, amante, novio o compañero sentimental; lo demás es complemento. Tal se observa en la vida misma, y tal se colige de las revistas que leen las mujeres o de la literatura femenina, y, si se me apura, de toda la literatura universal de todos los tiempos, que es, en mi opinión, el lugar donde mejor reflejada aparece la psicología humana. […]Por ello entiendo más o menos a Nietzsche cuando dice: “La mujer hace débiles a los fuertes, y reina, claro está, cuando consigue dominarles”; o a Stendhal cuando dice: “Una mujer es poderosa según el grado de desgracia con que puede castigar a su amante”. [Secc. 5.2 de Voluntad]
…el que no llora no mama, y está claro cuál de los dos sexos llora más. [Secc. 5.3 de Voluntad]
…una sola frase del genio de la apreciación estética, Oscar Wilde: “El sentimiento me deja impasible; la simple belleza puede hacer que mis ojos se llenen de lágrimas”. Esta breve cita condensa con increíble concisión el mensaje que trato aquí de expresar con cierto embrollo. ¡El sentimiento!, el sentimiento no es nada, cosa de mujercillas, cosa de novelas rosas, mariconadas, expresado en lenguaje barriobajero. La fuerza del guerrero aspira a algo más, aspira a la belleza espiritual. Alguien me podría decir que es Wilde, el de las mariconadas, basándose en los hechos de su propia vida, pero la vida privada es bien poca cosa para juzgar a un hombre de las altas esferas. [Secc. 8.5 de Voluntad]
La filosofía está más relacionada con la soledad y con el pensamiento contemplativo que con las cátedras y estudios universitarios. Está relacionada con el estudio, sí, pero no con el estudio guiado y manipulado, sino con el que uno mismo se busca. [Secc. 9.6 de Voluntad]
Es frecuente en una pareja de enamorados que ella diga: “Tú no me quieres, porque si me quisieras harías esto y lo otro y lo de más allá”. Esto, lo otro y lo de más allá son el conjunto de órdenes que la propaganda le ha atribuido al amor. La mujer se sabe bien la lista. El hombre quizás se despiste más y esté más pendiente de tocarle a ella un pecho o qué sé yo. […] En un lenguaje más moderno, la escritora argentina contemporánea Esther Vilar señala en su obra El varón domado que la mujer no es oprimida por el hombre, sino que en realidad es la mujer la que controla al hombre para manejar la relación, siendo esto algo de lo que el hombre muchas veces no es consciente. Para ello la mujer atrapa al hombre usando estrategias de seducción. En palabras de la autora: “El hombre fue entrenado y condicionado por la mujer, de manera no muy distinta a cómo Pavlov condicionó sus perros, para convertirlos en sus esclavos. Como compensación por su labor los hombres son premiados periódicamente con una vagina”. [Secc. 12.6 de Voluntad]
Para consolar a los más humildes, que a duras penas podían conseguir una sola mujer de belleza mediocre, se desarrolló en Occidente una moralidad sexual que todavía perdura y que venía a decir: no envidies a los poderosos por sus muchas amantes bellas y jóvenes, pues tú con tu única esposa/compañera que envejecerá contigo tendrás el amor verdadero mientras que aquellos no pueden tener la dicha que tú posees; a los poderosos los aman por su poder y a ti te aman por lo que eres —se jactan los pobres ilusos. Según esa moral, los sultanes, monarcas o gentes de poder eran casi todos tontos y se estaban perdiendo lo bueno de la vida. Ciertamente, hay una necesidad de imponer este orden moral, pues no es posible que todos los miembros del pueblo llano dispongan de varias amantes jóvenes y bellas; no hay para todos. Es querer hacer de la necesidad virtud. [Secc. 12.6 de Voluntad]
Padre, hijo y espíritu santo: el capital—los bancos, las multinacionales—, los políticos de la democracia y los medios de comunicación. Son una y la misma fuerza en sus distintas formas de expresión. El dinero, el padre, es el creador de todo movimiento en las sociedades democráticas; el político es su profeta movido por aquél e hijo de la fuerza que lo coloca en el poder visible sobre las masas; el espíritu santo es la manipulación mediática al servicio del dios dinero, es el poder intocable al servicio del mensaje del político que paga sus servicios. He aquí, hermanos, el gran misterio de la Santísima Trinidad… ¡Santa, santa democracia! [Secc. 13.1 de Voluntad]
Con frecuencia, las naciones democráticas intervienen en otros países para tratar de derribar su gobierno bajo la excusa de que en tales países no se respetan los derechos humanos. Esto no es más que demagogia de la mala. En el momento que la nación criticada en cuestión posee algunos factores que hacen beneficiosa una negociación con la misma, se olvidan los politicastros charlatanes de tales derechos y atienden a lo que se considera prioritario entre hombres sin principios: el interés económico. Casos como el de China son significativos al respecto: por un lado se tilda a esa nación de poco cumplidora con los derechos humanos, pero no renuncian las indignas naciones democráticas a tener tratos con la gran economía emergente. […] Viene además siendo común en la canallesca política internacional de los Estados Unidos subvencionar económicamente y proporcionar armas a rebeldes de países que no se someten a las órdenes del gran imperio yanqui, para que creen revueltas violentas en contra de sus gobernantes. Con la lógica reacción de mano dura de los dirigentes que ven alterado el orden en sus naciones, a los ojos de la manipulada opinión pública occidental se les acusa de tiranos que maltratan y asesinan a su pueblo, lo que justifica una invasión en nombre de la defensa de los débiles. Es un ejemplo más de cómo bajo la piel de cordero del defensor de los derechos humanos se esconde la voluntad de poder del perverso credo vulgocrático que lo ampara. [Secc. 13.2 de Voluntad]
…es un absurdo que nuestra sociedad se vuelque tanto en el trabajo y el empleo ahora que el trabajo es algo casi superfluo. El grito histérico-paranoico de empleo es compartido por todas las formas de gobierno del último siglo: socialistas o conservadores, demócratas o fascistas. “El trabajo libera”, se decía a la entrada de los campos de concentración nazis. “No hay nada más detestable que una vida ociosa. Ninguno de nosotros tiene derecho a esto”, decía el empresario Henry Ford, el creador de la marca de automóviles con su apellido. La humanidad está prisionera en una rueda social en la cual todo producto se convierte en mercancía que se transforma en dinero, y el dinero se invierte en nuevo trabajo para producir más mercancías. Los individuos hacen de engranaje en esta rueda como si de zombies se tratase, sin meditar lo que están haciendo. [Secc. 13.6 de Voluntad]
El pesimismo no es bien recibido por la orden verde. No hay que transmitir un mensaje desesperado a la población —dicen— porque, si no, no podremos ofrecernos como solución. Lo que mueve el mundo es la confianza del inversor; esta lección ha sido aprendida por todos en nuestro sistema económico, aunque ya viene de viejo. La fe mueve montañas. En el caso que nos ocupa, se concreta en la creencia de que la acción ecologista actual contribuye a salvar el planeta. Es mentira, el planeta se va a pique si no buscamos soluciones más drásticas que la típica pancarta, manifestación o recogida de firmas, pero es que si se destruye tal creencia, si se despierta a los ilusos, no tendremos ni eso. [Secc. 13.8 de Voluntad]
Así es, basta que un medio importante de comunicación transmita a sus marionetas una razón para salir a las calles a protestar—el secuestro de alguien por el grupo terrorista ETA, la aprobación del matrimonio homosexual, la guerra de Irak, la subida de los precios del carburante, la enseñanza o no de la religión católica en las escuelas, etc.—, y al día siguiente tenemos las bestias vociferando en nombre de su opinión como ciudadanos libres. Si esta misma causa no es anunciada por los medios de comunicación u organizada de algún modo por las grandes fuerzas, el ciudadano de a pie, por muy injusta que considere una acción, no se atreverá a salir él solo a la calle a protestar. Esto es lo que me parece ver en los medios españoles y de cualquier nación democrática actual en mayor o menor medida. ¿Libertad de opinión? Tal y como lo veo, “la libertad de opinión pública requiere la elaboración de dicha opinión, y esto cuesta dinero” (Spengler). [Secc. 13.8 de Voluntad]
…el espíritu de la cultura vive peor repartido en mil almas miserables que en unas pocas selectas. La cultura se ahoga como un motor de combustión al que el carburador le vierte una mezcla con mucha gasolina. Demasiada gente trabajando en ella la hace ineficaz. El espíritu de la cultura se manifestaría de mejor modo si ésta fuese accesible a unos pocos. Miles de personas con talento crean multitud de trabajos, y sus obras quedan arrinconadas saliendo a flote sólo unas pocas, que no están entre las mejores. Es un desperdicio que acaba por agotar las fuentes más puras. [Secc. 14.2 de Voluntad]
Me avergüenzo en muchas ocasiones de mis colegas cuando salen a la calle o en entrevistas de prensa para lloriquear por los recortes económicos en investigación y proclamar mentiras tales como que la inversión en I+D+i en algunos sectores como la astrofísica traerá a largo plazo beneficios económicos al país o desarrollos tecnológicos útiles para el común de los ciudadanos. Es más bien al revés la relación causa-efecto: es el poderío económico el que hace posible que algunos países inviertan cantidades ingentes en desarrollar las ciencias puras sin aplicaciones, es un lujo de las naciones ricas. […] Y si esos medios del lloriqueo/mamoneo del Estado y las falsas promesas han de alzarse como el único mensaje de la ciencia reprimiendo la difusión de voces que opinen lo contrario, cabe pensar entonces que la ciencia se ha vuelto contra la verdad y el hombre, y que lo único que busca es medrar. [Secc. 14.6 de Voluntad]
No tienen perdón aquellos que hablan de las ventas y los mercados cuando se trata del alma de nuestra sociedad. ¡Que se dediquen a sembrar patatas y a venderlas en las ferias o mercadillos o a algo propio de su rango de mercachifles! Un editor que rechaza publicar una obra que reconoce de méritos sobresalientes porque la considera poco comercial, mientras que se dedica a publicar basura para la plebe, es como un sacerdote que deja de dar misa en la parroquia donde sus feligreses dan pocas limosnas y la ofrece sólo a las familias pudientes. En verdad, repugna tanto pragmatismo en asuntos del espíritu. En verdad, poco se perderá el día que se hundan todos los negocios de las grandes editoriales, agentes y librerías, distribuidoras, etc. Si acaso habrá que sentirlo por que se dejen de publicar los clásicos, por lo demás incluso podría suponer un respiro para el verdadero espíritu de la cultura. [Secc. 14.8 de Voluntad]
¿Y el futuro? El panorama para las próximas décadas pinta aún más sombrío. Todavía no ha tocado fondo la cultura de masas. Ahora vienen pujando fuerte las nuevas generaciones de descerebrados, y se están haciendo habituales las proclamas de una nueva cultura. Van ganando terreno términos como new age, sabiduría de herboristería o de sectas varias. Las tribus y subtribus urbanas hacen alarde de su modo de hacer civilización. El descerebrado tipo friki pretende que se respeten sus infantiles héroes como a los grandes de la cultura actual; aspira incluso a crear escuela y oficio en torno a películas de ciencia-ficción cuasi-infantiles tipo la saga de Star Wars. Ya no es raro tampoco oírle a algún mozalbete sus desprecios por los clásicos, por los libros, etc., diciendo que todo lo que produjo la humanidad antes de él haber nacido está obsoleto, y enorgullecerse de su barbarie y embrutecimiento, usuales en los adictos a la informática, Internet y las nuevas tecnologías. [Secc. 14.11 de Voluntad]
Los defensores del vulgo hablan de derechos humanos. Los xenófobos son mayoritariamente unos pobres perros rabiosos que sólo temen que les vengan a quitar sus míseros puestos de trabajo u otras mezquindades; desprecian otras razas por prejuicios nacionalistas o por vanidosos aires de superioridad; precisamente ellos, la escoria de la sociedad, tienen orgullo de raza. ¿Qué partido tomar: ser chusma provulgocrática o ser chusma racista-nacionalista? En una sociedad en decadencia, la invasión es inevitable. Quizás sea mejor retirarse de la escena en estos casos, y aguardar expectante. [Secc. 16.3 de Voluntad]
Ésta es la única lírica contenida en la Naturaleza, en pugna consigo misma: la sorda codicia, la insensibilidad y la inercia que libran una lucha con la poesía—como dijera el poeta idealista Novalis. ¿Qué poesía nos queda en verdad aparte de la de los que están soñando? La que la verdad encierra en sus amplios espacios vacíos. ¿Qué poesía? La misma cruel vida, el dolor entre las bellas rosas. ¿Qué poesía? El camino infinito que la busca en una naturaleza que no puede albergarla. Lo mismo se puede aplicar a las ideas místicas de cualquier religión en torno a la lucha de lo existente, como por ejemplo, en la conciencia china, la lucha en el hombre entre el ying y el yang, entre la tendencia conservadora que se inclina a la fidelidad, al servicio desinteresado de la jerarquía, y la tendencia hacia el despertar que intenta penetrar, asir y comprender los demás órdenes. Es el tao de su vida, el tejer de los espíritus en el universo. ¿Qué mística? ¿Qué trascendencia? Sólo la Naturaleza es. Tan sólo el apresuramiento del material, interminable, sin sentido alguno, con toda la mística o poesía que de ello se pueda extraer. [Secc. 17.8 de Voluntad]
 
Presentación de Voluntad

Les recordamos que el libro de Martín López Corredoira será presentado, en diálogo mantenido con Javier R. Portella, este miércoles 16 de diciembre, a las 19:30 h, en la librería Antes, c/ Lagasca, 120, de Madrid. Les invitamos cordialmente a asistir.
 
 


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