ACLARACIONES
Sobre la polémica suscitada por el capítulo 5 de "Voluntad".
La Opinión de Tenerife, 20-7-2017
La Provincia (periódico, Las Palmas de Gran Canaria), 29-9-2017
Martín
López Corredoira, julio de 2017
Quisiera clarificar algunos puntos respecto a
los comentarios que se han hecho recientemente sobre mi obra "Voluntad. La fuerza heroica que arrastra la
vida" en relación con los temas de género, el cual está siendo juzgado en
estos momentos por comités de igualdad y asociaciones feministas.
Para mí, el más sagrado de los derechos de
nuestra sociedad es el de libertad de expresión. Intentar imponer una ideología
única (en este caso el feminismo y la ideología de género) es equivalente a
crear una comisión católica en los
tiempos de Franco, o una comisión comunista
en la antigua URSS, que persiga a quien vea el mundo de otra manera. El
pluralismo es un gran valor, y permitir la diversidad de opiniones debiera ser
un principio. Y para preservar ese respeto plural, es necesario no coaccionar a
nadie por sus ideas con amenazas. De seguir la tendencia actual, el próximo
paso puede ser que el Santo Oficio acceda al domicilio particular de cada
individuo para chequear si tiene alguno de los libros considerados por las
feministas como herejes de sus credos: Rousseau, Schopenhauer, Nietzsche,
Freud,... Muy inseguros deben de estar los defensores de la ideología de género
si para defender sus ideas necesitan censurar las de sus opositores. ¿Tengo que
dar cuenta de los libros que leo o escribo? Soy un ciudadano español, pero eso
no me vincula a credos políticos oficiales de nuestro gobierno o instituciones
oficiales. No obstante, sí comparto la idea de que no se debe discriminar a
nadie por razones de sexo, raza, etc., hay que defender la igualdad de oportunidades; por
ejemplo, que todo buen científico, sea hombre o mujer, pueda acceder a un puesto de investigador sin discriminaciones.
Se han tergiversado algunos textos citados
míos y se han sesgado los mensajes del polémico capítulo 5. Cierto que hablo
mal de las mujeres en general, pero tampoco hablo mucho mejor de los hombres,
soy bastante pesimista con respecto al género humano en general; sin embargo,
la feminista agitadora de masas que promulgó la protesta en Twitter escogió sólo los fragmentos que van
en una dirección. En varios lugares del capítulo se menciona que se habla de la
mujer ordinaria, vulgar, no de las
mujeres extraordinarias, que las hay, no hablo de "todas las
mujeres". Ejemplo de esa tergiversación/manipulación de textos es el
titular de un artículo de prensa que pone en mi boca la frase "Las mujeres
son unas putas". El párrafo completo que habla de ese tema es realmente:
"Se dice a veces que todas las mujeres son unas putas, lo cual me parece
algo exagerado y demasiado despectivo, pero que encierra cierta verdad de
fondo. No es cierto que lo sean todas o la mayoría de ellas, y tampoco me
parece adecuado el calificativo de puta, como expresión vulgar de prostituta
pues, rigurosamente hablando, tal término debe referirse exclusivamente a la
profesión de ofrecer unos servicios sexuales a cambio del pago inmediato por
los mismos. La verdad que subyace es que, entre los atractivos que muchas
mujeres encuentran en las relaciones amorosas, está el del beneficio o la
ventaja que ello les pueda conferir en el mundo real. Tras el idealismo
aparente, se encierra con frecuencia mucho pragmatismo. También ello puede
ocurrir en los hombres, pero no es tan usual." Como se ve, algo muy
distinto que un simple decir "las mujeres son unas putas". Realmente,
estoy diciendo justo lo contrario: que no me parece bien hacer uso del término
"puta" o "prostituta" para referirse a los hechos mencionados.
La frase usada "La gran empresa de la mujer ha sido, es, y parece que seguirá siendo su marido, amante, novio o compañero sentimental" puede dar
también impresiones erróneas si se desliga, como se ha hecho, de las líneas que preceden tal afirmación: "Muchas empresas tienen los hombres en mente, y muchas empresas tienen las mujeres en mente, pero en el caso femenino, hay una que se destaca sobre todas las demás, aunque pueda no ser la única". Es decir, mi intención fue decir que la empresa más importante de la vida de una mujer es su vida familiar, pero no es la única de sus empresas. Al haber truncado la cita, queda la impresión errónea de haber dicho que la única empresa de la mujer es cazar marido.
Otra cita que han destacado varios medios de comunicación es la de que las féminas "suelen comprarse revistas como Cosmopolitan y Hola y leerse trucos de belleza y de seducción en vez de leer a filósofos". Otra frase sacada fuera de contexto que se puede interpretar mal separada del resto de las líneas que la acompañan. El texto del libro dice realmente: "Y lo curioso es que precisamente las propias mujeres que hablan tanto del interior de la mujer, en vez de preocuparse por ensanchar sus horizontes intelectuales más allá de los títulos académicos o profesionales, en
vez de leer a filósofos clásicos, en vez de preocuparse por cuestiones
de alta trascendencia en los acontecimientos políticos mundiales, en
vez de eso suelen comprarse revistas como Cosmopolitan u ¡Hola! y
leerse los trucos de belleza y de seducción o enterarse de los flirteos de
la alta sociedad. ¿De qué se extrañan entonces estas mujeres de que las consideren objetos sexuales, si ellas mismas no piensan en otra cosa?
Por el contrario, entre mujeres de mayor valía, que están al margen
de la coquetería femenina ramplona y se interesan más por cuestiones
intelectuales de peso, es raro oír observaciones estúpidas como la importancia del sexo en los hombres. Es una trivialidad que no merece la
pena ni mencionar. Una conducta ésta mucho más loable". Se dice bien claro que no se habla de todas las mujeres como lectoras
de revistas frívolas, sino sólo de las vulgares.
Estoy encantado con que alguien me diga que
no está de acuerdo conmigo y me dé, si quiere, algunos argumentos para defender
su punto de vista. Lo que no comparto sin embargo es la pasión por el insulto
personal. Y tampoco me quedo satisfecho con que alguien ponga etiquetas
(misógino, machista) sin más; eso no es argumentar. Llamar a alguien rojo o
facha o similar tampoco aporta nada positivo. Prefiero los argumentos y las
explicaciones. Por otra parte, me da la impresión de que quienes han puesto el
grito en el cielo sobre el capítulo 5 de mi libro Voluntad no se lo han leído, y creo que no se puede opinar sobre un
texto simplemente con unos fragmentos mal citados o sesgados leídos a través de
Twitter. Tiene sus cosas buenas que
haya redes sociales y que la gente se exprese por Internet: desde que existen
esas tecnologías, hay muchas menos pintadas en las puertas de los baños, pero
no me parece el foro adecuado. ¿Que a alguien no le gustan mis ideas? Me parece
muy bien, critíquelas o ignórelas. ¿Que se sienten ofendidos? ¿Que le parece que cometo un delito de odio contra un sector
de la humanidad? Tienen la piel muy fina algunos... Si hubiéramos de hacer lo mismo
cada vez que alguien del lobby
feminista predica sobre lo violento del género masculino... Pero el mundo es el
que es desde hace siglos o milenios, y hay lo que hay: unos lo ven con más
bondad y optimismo, y otros ven un mundo lleno de granujas y de arpías, es
cuestión de perspectivas. No hay un género femenino ideal y un género masculino
cargado de defectos, como algunos tratan de pintar. Como dijera Pío Baroja (a
quien alguien ha puesto en la lista negra de machistas también): "Sí; las
mujeres que en general hablan mal de sus amigas, como los hombres que también
hablan mal de sus amigos, cuando se refieren al sexo entero, poetizan. Los
sentimientos de la mujer..., el alma de la mujer..., la sensibilidad de la
mujer... ¿Y qué opinión tiene usted de Fulana? Es una víbora. ¿Y de la Zutana?
Es una envidiosa. ¿Y de la Perengana? Es una chismosa. Luego es muy extraño ver
cómo de la suma de la envidiosa, de la tonta, de la vanidosa y de la chismosa
se forma un ser ideal. Los hombres tenemos mala idea de los demás, en detalle y
en conjunto. Somos animales más lógicos" (de la novela El gran torbellino del mundo). La obra, Voluntad.
La fuerza heroica que arrastra la vida, no es tampoco un tratado sobre la
cuestión particular del género. Es una obra filosófica de muy amplia temática.
El leitmotiv es la búsqueda de lo más
noble y elevado en el ser humano, algo que nos saque del entumecimiento. El fin
es la Voluntad con mayúsculas, el impulso que nos lleve hacia empresas
magnánimas, los movimientos exaltados por alzarse más allá de la existencia vegetal, el hombre por encima del hombre y de la decadencia cultural y
espiritual de nuestra época, lejos de las religiones o sectas, desdeñando la politiquería vulgocrática
o la cultura circense para la plebe, al margen de la actividad estéril de
especialistas académicos, del declive del arte o de la sumisión a los mercados y poderes económicos. La escritura de la obra tiene pasajes con
cierta virulencia en sus exhortaciones, propio del estilo apasionado de una
filosofía irracional, aunque también ocupa una amplia medida el pensamiento
sistemático y metódico de un científico.
Es un libro de filosofía salvaje, indómita, que cuestiona todos los valores de nuestra sociedad, sumergiéndonos en un nihilismo, pero que busca con esperanza la verdad, la belleza y la bondad a pesar de todo; es el cabalgar furioso de un guerrero a lomos de su caballo que todo lo arrasa a su paso para terminar alcanzando la meta de una tierra prometida junto con su amada imaginaria: Voluntad.
Hay mucho en esta obra de carácter
dialéctico, en el sentido de ofrecer argumentos y contraargumentos, puntos de
vista enfrentados. Nada más lejos del dogma esta obra que se manifiesta como
una continua búsqueda. Abunda la cal y la arena, no podemos quedarnos sólo con la cal y olvidarnos de mencionar la arena, a no ser, claro, que se busque deliberadamente hacer quedar mal al autor del libro.
La cuestión de la mujer es tratada, pero no
es el tema central de la obra. Durante muchos siglos ha preocupado el tema
vivamente a las mentes más sobresalientes del pensamiento y en el polémico
capítulo 5 se recogen las citas de insignes pensadores o escritores: Nietzsche,
Oswald Spengler, Rousseau,
Kierkegaard, Sándor Marai,
Freud, Herbert Marcuse, Cervantes, Pío Baroja, Jacques Barzun,
La Rochefoucauld, Oscar Wilde, Lichtenberg,
Kant, Schiller, Stendhal, Osho, Baudelaire, Richter, Lérmontov, Schopenhauer y otros. Hablar de la mujer por separado del hombre es de hecho una práctica muy actual, dado que son hoy pocos los temas donde no salga a relucir algún libro con título como
"La mujer y/en...", en el que se tratan diversas cuestiones tal y
como han sido vistas por algunas mujeres, sólo que yo lo hago desde un punto de
vista políticamente incorrecto. En ningún momento se habla de la mujer como un
ser inferior, menos inteligente, menos capaz,... pero sí se señalan diferencias
entre la feminidad y la masculinidad más allá de los constructos sociales, y sí
se señala la diferente voluntad en la
mujer con respecto al hombre, en el sentido de perseguir diferentes fines. En
cualquier caso, se habla desde la generalidad; en ningún momento se dice
"todas las mujeres son así". Bien al contrario, se señala
textualmente que "hay mujeres excepcionales como hay hombres
excepcionales, dejaría de creer en la raza humana si no fuese así. (...) Admiro
envidiablemente a las grandes mujeres, independientemente de la atracción
sexual, no en la medida en que se acerquen a una conducta o pensamientos masculinos,
sino en cuanto que, desde su propia posición femenina, alcanzan cumbres que los
hombres no sabían ni que existían. Hay, entre las mujeres, pájaros de altura,
mujeres que precisamente por ser más excepcionales en su sexo cobran mayor
valor. El mismo Schopenhauer, misógino de pro durante toda su vida, cambió su
posición al final de su existencia: 'No he dicho la última palabra sobre las
mujeres, creo que cuando una mujer logra sustraerse a la masa, es decir,
sobresalirse por encima de ella, es capaz de engrandecerse ilimitadamente y más
que los propios hombres' ". Y dentro de la propia feminidad, admiro su
característica más humana: el amor. Digo así textualmente en el mismo capítulo
5: "El amor, sí, es el gran cielo en que lucen las mayores conquistas femeninas.
Por él vive la mujer, por él sufre, por él muere si hace falta. La mujer es
capaz de mayores sacrificios. Y en cuestión de su papel de madres, ¿qué no
harían por sus hijos? La abnegación de unas esposas que cuidan a sus maridos
enfermos sin esperar nada a cambio es otra de las muchas virtudes frecuentes en
la feminidad. El heroísmo de una mujer que es capaz de entregarlo todo por
amor, más allá de las conveniencias, es escaso, pero cuando se da sobrepasa en
mucho la nobleza masculina. Loados sean los corazones de los ángeles sobre la
Tierra."